Desde luego esta no es una película
perfecta, se permite ciertas concesiones, la mayor, como comenta
Hypnos en su severa crítica, es la del limbo y la justificación tan
débil que se le da a la salvación del protagonista. También
resultan molestas agunas convenciones excesivas (cae el puente y
tenemos el plano mil veces visto en el que aparecerá Neville, Ron
sale corriendo y vuelve huyendo...). De hecho todas estas
convenciones ya las marcó a fuego Spielberg en su saga de Indiana
Jones (de la que no hay pocos elementos en esta entrega). En varios
momentos, nos vemos obligados a hacer la vista gorda, de forma más
flagrante o menos. Pero creo que lo que no se le puede negar a este
final es su imparable sucesión de emociones.
El drama, la tensión, los justos
elementos de humor, el terror y sobre todo, el valor de los
personajes. El citado Neville es un ejemplo obvio, de la superación
personal a través del valor y de los principios, pero me gusta más
el de Aberforth, el hermano de Dumbledore, el personaje que no cree
en la victoria, que se muestra cínico y pesimista y sin embargo, aún
sin el poder del ánimo, se mantiene luchando en primera línea. Una
ejemplo interesante en estos tiempos que corren.
En todo caso, está claro que esta es
la película de Severus Snape. En parte ha sido su saga también,
como la de Star Wars lo era de Darth Vader. ¿Es casualidad que el plano
en que está de espaldas, casi en silueta, con su capa y su peinado
particular evoque la imagen de aquel gran villano? Yo creo que no. Tiene el
final que Potter no sabe dar, el del sacrificio. Su frase final,
"tienes los ojos de tu madre" es al tiempo doliente y un desahogo
muy esperado para quien lo considerábamos el mejor personaje de la
serie. A esto se suma, como comenta Obi-Wan en su crítica, unas
explicaciones en el pensadero perfectamente resumidas y bien
escenificadas (punto clave al que estábamos esperando los lectores)
y ese genial añadido de Snape en la casa de los Potter, que a algún fan del libro
le hará rasgarse las vestiduras, pero que yo considero el mayor
acierto del film, con una emoción tan desbordante como precisa. Como acierto
considero también el no cargar las tintas con las muertes de
personajes menores, que no hubieran sino empañado los momentos
verdaderamente importantes. Una economía de hitos muy delicada pero
resuelta de manera inteligente.
Tenemos aquí una dirección de David
Yates mucho más pragmática que en la primera parte (es
realmente recomendable verlas de un tirón), donde se dedicaba a
planos mucho más líricos y calmados. Aquí tenemos mucha más
acción, excelentemente resuelta y con esa capacidad del director de
mezclar el estilo clásico de aventura con la dirección moderna para
otros momentos (con sus montajes discontinuos y su cámara inquieta). Eso sí, sobran los planos planteados únicamente para el 3D (esperemos que se pase pronto esta moda). Atención a lo próximo que haga el director, estaremos atentos.
En definitiva, muchos elementos importantes que han sido conjugados con muy buen tino. Un final que está a la altura.