Lo mejor de la película es sin duda la marca del autor. Sus momentos tranquilos que no hacen sino ponerte los pelos de punta, las lentas conversaciones que, como la de los protagonistas en primer plano con la niebla al fondo no hace sino poner los pelos de punta, esperando que en cualquier momento aparezca uno de esos seres imposibles del bosque. Momentos como el de las mujeres barriendo junto a la casa mientras giran, que no hace sino ponerte los pelos de punta sabiendo que pronto algo va a ocurrir.
Todo, en definitiva, destinado a eso, a estar en una continua tensión en el cine, para descargar cierta adrenalina. Contados sustos, los mínimos, para darle un empujón a la tensión, al contrario que las películas de adolescentes con monstruo que intentan darte sustos con el amigo que te pone la mano en el hombro. Aquí el susto es cuando tiene que ser, para que te lo tomes en serio, para que sepas que no te van a dar falsos sustos, que cuando viene el momento viene de verdad. La espera de lo que sabemos que vendrá es muy efectiva, por ejemplo, en el momento en que el monstruo se queda parado expectante, y sabemos que vendrá a por ella, y finalmente echa a correr de golpe. Estos seres no necesitan superpoderes, o ácido o cualquier historia, basta que sean unos seres dispuestos a matarte sin compasión, como los extraterrestres de señales.
La segunda parte, cuando se descubre la farsa, es interesante en cuanto a los descubrimientos de la verdadera época en la que se encuentran y como han decido entrar en ese bosque, etc. Cuando hablan de la ciudad uno no espera (al menos yo no) que se refieran a la época actual). La pega está sin duda en el orden de la película. La tensión se encuentra en la primera parte y los descubrimientos en la segunda, cuando debería ser al revés (evidentemente eso no tendría sentido en esta película), pero es lo básico dejar el plato fuerte para el final y no al revés. Para mí este es el grave problema de la película. También podríamos decir que no es creíble, pero esto es lo de menos en las películas de Shyamlan, que nunca lo son.
Pero otra cosa que no me gusta es que realmente todo sea una farsa. Pienso que eso es algo que debería haber quedado simbolizado. Pienso que debería haber sido real la existencia de los monstruos, con lo que no se perdería la tensión, y luego cada uno podría interpretarlo como un simbolismo de personas que realmente se quieren recluir del mundo, donde los monstruos simbolizan sus miedos, y la represión de las pasiones (color rojo). Tal y como está hecha no deja mucho a la simbología, que sospecho que es algo que interesa poco a Shyamlan. Todo demasiado explícito. Pero esto ya son pequeñas cuestiones que habrían hecho de esta película otra diferente, y que sin duda me habría encandilado hasta la quinta estrella.
De los actores ni hablo, están todos tan bien... Sobre todo Brody, Phoenix y Hurt.