Seguramente debido a que la acción de
la película se desarrolla en la capital alemana, y que hay varias
estrellas nacionales, el festival de Berlin ha incluido en su sección
oficial a esta película proveniente del Hollywood más trasnochado, espero que a cambio de una buena alfombra roja.
"Un thriller al estilo Hitchcock", así quieren definirla, lo que
traducido del lenguaje promocional quiere decir realmente, "un
thriller psicológico trillado típico de los noventa". Algo entre La red y Memoria Letal.
A los mandos, el catalán Jaume
Collet-Serra, habituado a Hollywood, que es como una versión sin
talento de Jaume Balagueró, especializado en terror y que parece
tener una carrera prometedora en Hollywood. Lo mejor que se puede
decir de él, es que aplica a sus trabajos una factura correcta que
cumple con los cánones estándars de terror y thriller. Digamos que
no falla en sus objetivos. Tiene a los productores contentos.
Tenemos una premisa gastadísima, que desembocará en todos los clichés y situaciones tópicas que podamos
imaginar. Para adaptar esta novela de Didier Van Cauwelaert,
tenemos a responsables de telefilms de pseudoterror y mamporreros de
acción, Oliver Butcher y Stephen Cornwell. De este
guión sólo podemos esperar sentirnos tremendamente irritados.
Lo mejor de la película, sin duda, el
reparto. Liam Neeson, que se apunta a lo que le den, pero que
sigue siendo un actor con una potencia asombrosa; un olvidado pero
eficaz Aidan Quinn y el siempre misterioso Frank Langella.
Por la parte alemana, nombres tan interesantes como Diane Kruger,
Bruno Ganz y Sebastian Koch.
Si este buen reparto y la corrección
visual de Collet-Serra, son para ti suficientes para compensar la
irritación de un guión manido y tópico hasta la parodia, y
compensan también un final rocambolesco, increíble y para colmo,
esperado; entonces, esta puede ser tu película.