Hay que tener cuidado con una cosa: los mundos paralelos no deben tener reglas cinematográficas paralelas. El mayor peligro de los paralelismos, futurismos o de las historias oníricas es que muchas veces el guionista cae en la tentación de hacer trampas. Ésta película se merecerá mi máxima puntuación sólo si realmente se construye bajo unas bases sólidas. Entiéndase que no es necesario que esas bases sean las del mundo real. Ni siquiera tienen por qué ser realistas. Pero deben quedar claras desde el principio. No vale que durante cuatro películas R2D2 no vuele y que luego si lo haga. No vale que durante dos temporadas de Perdidos no veamos lo que pasa en el presente fuera de la isla y luego si lo hagamos. Si uno hace una serie de elecciones formales, luego tiene que atenerse a ellas, sea el mundo paralelo o no.
Quitando éste pequeño peligro, creo que estaremos ante una estupenda película donde será disfrutable hasta el más mínimo detalle de ambientación, caracterización, dirección o guión.
Un auténtico gustazo para paladares más o menos finos.