Lo mejor y lo peor de esta película proviene del propio musical.
Los mejores momentos de la película están en varios de los duetos en los que a la vez cantan personajes distintos mostrando sensaciones e ideas distintas. De todos me quedo con el de Depp-Bonham Carter cuando ésta le devuelve las navajas. El problema de este concepto es que está repetido hasta la saciedad y puede llevar a aburrir en algunos momentos.
Los peores momentos de la película pueden provenir de una estructura demasiado atada a la unidad de lugar y a la reutilización de personajes, a una trama excesivamente shakesperiana y quizá con momentos demasiado ñoños como los que tienen que ver con el personaje insufrible del marinero. Pero ello queda absolutamente realzado por los arrebatos macabros y los golpes de violencia de un Tim Burton sublime. Especialmente terrorífico y apabullante es la escena en la que Depp encierra al de Bonham-Carter en el horno. Pasamos de la ñoñería a la crueldad realista en un segundo. Me gusta.
Lo que tampoco me ha gustado es que la película haya abusado de la musicalidad, y es que hay "números" que han durado más de la cuenta (como el del sueño de Bonham-Carter) o el de la matanza de personajes anónimos de Sweeney o cada aparición del personaje del marinero, sustentados por una firme dirección y una espectacular cinematografía, decoración y vestuario (de lo mejorcito).
Mención especial se merece la interpretacion corta pero graciosa de Baron Cohen y el plano final con los amantes reunidos, con la sangre yendo hacia cámara y en segundo término con el humo de Bonham Carter surgiendo del horno. Ese toque de romanticismo que sólo Burton sabe hallar.
Una película que pese a haber rayado el 4, ha de quedarse en el tres de media.