Le voy a dar una oportunidad al director de películas con El lobo o GAL, a medio camino del éxito y la patraña, y voy a pensar que la historia política que nos narra aprovechando un hecho real sucedido en Colombia con las FARC y Clara Rojas secuestrada de por medio, puede que sea el punto de inflexión de su cine codicioso de ahondar en conflictos similares.
Dicen que alejándose del evento en sí y centrándose en el personaje que lo vive, un Luis Tosar (También la lluvia) al que tildan ya de colombiano gracias a su transformación, logra una película entera y sin fogueo, una película dramática y fuerte que entra en la piel del espectador con profundidad acertada.
Si logra un mínimo de ambientación plausible, un personaje al que apoyar, y un cine de viaje de protagonista más que una muestra guionizada y remarcada en cajones estancos del hecho histórico, querrá decir que ha mejorado. Confío y me fío. Creo en Operación E como cine de ficción que usa un momento político concreto, no como cine de muestra que no puedes creerte cuando sigues el conflicto de su actor principal.