Se nos presenta esta película nada más y nada menos como una historia verídica protagonizada por un duro y legendario cowboy en un desierto. Está claro lo que nos proponen: acción, aventura, épica...en fin, puro entretenimiento. Lo que yo acostumbro a llamar "cine de palomitas" (y que por favor nadie vea en esta calificación algo despectivo). Porque no todo es cine trascendental, ni maravillosas direcciones, ni esta planificación y o aquel detalle en el que pensaré durante varias semanas. Este tipo de películas se agradecen. ¡Ojo! Que no se equivoque nadie y crea que hacer este tipo de cine es sencillo. Porque entonces caerá en las garras de "Torque", por ejemplo.
"Océanos de fuego" es una de esas películas hechas a la antigua usanza, de las que buscan que el espectador corra junto al protagonista y bote en el asiento, pero sin mareantes efectos de ordenador mal acabados ni vertiginosos escotes.
Y creo en esto que estoy diciendo porque creo en el sólido director que está tras el proyecto, Joe Johnston. Un hombre que se hizo hueco en "Hollywood" siendo director artístico en la saga más galáctica de todas, "Star Wars". Y que como director tiene títulos tan interesantes y con tanto olor a palomitas como "Cariño, he encogido a los niños", "Rocketeer", "Jumanji" o "Jurasic Park III". Vamos, que sabe lo que hace.
Este tipo de películas necesitan a un héroe, pero de los de verdad, no de los inflados como Stallone y compañía; y esta película lo tiene: Vigo Mortensen (el gran Aragorn). Y si además a ese héroe le añadimos a un actorazo como Omar Shariff, un par de bellezas como Zuleika Robinson y Louise Lombard, y el desierto como escenario no nos queda más remedio que ir al cine, armarnos de palomitas y disfrutar, porque esto me huele a ENTRETENIMIENTO garantizado.