La semana pasada precriticaba otra película coral de producción española, 18 comidas, y me pregunto si se está poniendo de moda este tipo de cintas en nuestro país, de contar un poco de muchos e intentar enlazar sus tramas como buenamente sea posible. Y claro está, esto acaba dando resultados con más o menos gusto, sutileza o inteligencia. Pero una cosa tengo segura: lamentablemente hasta llegar a la maestría de otros títulos como Vidas cruzadas o Magnolia, nos queda un largo (por no decir insondable) camino por recorrer.
Volviendo al caso que nos ocupa, vaya por delante ya la poca esperanza que este título me transmitía, pero lo que me ha resultado alarmante son las valoraciones negativas que tuvo el público y la crítica tras su visionado en el pasado Festival de Málaga. Puede que en ese festival, por norma general aunque existan excepciones, se premie más la comedia que el drama, pero cuando su director y guionista, Manuel González, acaba asumiendo y casi pidiendo perdón en una rueda de prensa, que quizá si que haya utilizado muchos tópicos sobre las miserias humanas que acumula las diversas historias cruzadas de los personajes...apaga y vamonos. Si su realizador no defiende su propia obra, ¿que más se puede poner en un precritica?
Avisados quedais.