Hace poco, a cuenta de la precrítica de La vida ante sus ojos, comentaba lo poco acertada que es la carrera de Uma Thurman. Este es un ejemplo bastante claro de ello. Al igual que en otros títulos como Mi super exnovia, nos encontramos ante un proyecto ligero para consumo veraniego. El verano cinematográfico da sus últimos coletazos mientras títulos interesantes se adelantan al Otoño, teniendo que convivir aún con comedietas de poca monta como esta.
Es el típico proyecto de estrella de Hollywood, en un rol moderno que se ve envuelta en complicadas situaciones asociadas al estereotipo clásico de mujer americana, gran ama de casa y mejor esposa que obviamente sigue existiendo y es el espectador incondicional de este tipo de petardillos cíclicos. Lo hemos visto mil veces, ya sea con Sandra Bullock, con Drew Barrimore o con Reese Whiterspoon. Da igual.
De comparsa, una Minnie Driver que no ha sabido emerger, y el eterno Dr. Greene de Urgencias, Anthony Edwards, que hace lo que puede por conseguir de vez en cuando un secundario en una película decente -no es el caso, claro está.
Ahora que la cartelera nos empieza a ofrecer buenas opciones, no tiene sentido perder el tiempo con esto.