Morgan Freeman (Dame 10 razones o Ciudad sin ley) y Steve Carell (Little miss sunshine o en la próxima Dan in real live)son los únicos artilugios de taquilla interesantes en un film sin fuerza, muy cerca de la poca originalidad, y mucho más de lo que los estadounidenses desean ver en pantalla. El congreso por ahí pululando, la idea de un Dios juguetón y la utilización de la Biblia como elemento de diversión, son un resumen que sin crítica ácida, no tienen demasiado sentido por estar muy vistas.
Risa alguna, no digo que no, pero cine entero, con guión interesante y tal, pues tampoco, así que ánimo amantes de pasar un rato sin más, que tampoco yo le hago "ascos", pero no esperen demasiado los que busquen algo de neurona en el resultado final.
Digno de ver deben de ser los buenos efectos digitales que se han utilizado con los animales, usando a los de carne y hueso inofensivos como prueba de luz. A tener en cuenta.