De extentricidades andamos ya un poco saturados. De un tiempo a esta parte, más de uno confunde lo raro con lo personal e, intentando hacerse un prestigio, un hueco en algún sitio o vaya usted a saber qué, nos presenta una marcianada sin pies ni cabeza ni, para colmo, marcianos.
Pero hete aquí que el de ahora es un tal Wes Anderson, al que reconozco no haber seguido hasta ahora, en su, dicen, muy marciana trayectoria. La diferencia es que el amigo Wes ya se ha labrado ese prestigio, ya ha encontrado el hueco en algún sitio, o vaya usted a saber qué. Según parece, el muchacho sabe lo que se hace cuando nos cuenta otra de bichos raros.
De todos modos, nunca me había sentido tan a ciegas con una película. Repito que no he visto nada de Wes Anderson y lo mismo luego me parece una puta basura. Preo a ciegas afirmo que me huele a cuatro estrellas. Ya vista, veremos. Del verbo ver.