Me espero el Blade de siempre, duro y cañero, sin concesión, con alguna salida de todo del personaje perdonable pero en la misma línea establecida. Es cierto que la sospecha de un Blade repetitivo amenaza la saga, sobre todo porque ya rizaron el rizo al menos de forma no exagerada en la segunda edición, pero tengo firmes esperanzas del tratamiento cuidadoso de los tipos responsables. Desde luego, el nivel técnico solo puede ir a mejor, y si no se pierden en los efectos un entretenimiento majetón nos espera.