Crítica de la película À l'intérieur por Keichi

Alexandre Bustillo y Julien Maury son dos frikis de tomo y lomo, de esos enamorados del cine de género hasta la medula. No en vano, ambos son redactores de la revista especializada Mad Movies. Con estos referentes, no es de extrañar que a ambos les encante la sangre fresca. Eso es precisamente lo que no le va a faltar a su película, que parte de un argumento a priori sencillo -el de la victima solitaria y el verdugo homicida- y que en este caso encuentra su punto de apoyo en la figura de la mujer. Por muy difícil que parezca, todo gira en torno a este único punto de partida, sin ulteriores giros o cambios de guión. Es esa crueldad, sobria y directa, una de las virtudes del film. Hablar de homenaje a los clásicos del género es lo de menos, lo que cuenta es hacer que el espectador sienta como se le revuelve el estomago el mayor número de veces posible. En este sentido, la violencia seria de la película la hace muy poco recomendable para los espíritus más sensibles.

Como es de esperar, una película de esta clase no puede sustentarse simplemente con una tensión, sostenida durante todo su metraje, por lo que los directores han cuidado en extremo la elección de las dos actrices protagonistas. A un lado de la balanza tenemos a Béatrice Dalle, del otro a Alysson Paradis. Al margen del elemento gore, lo más destacable de la película va a ser la interpretación de las dos féminas protagonistas. Cuando uno usa la recurrente frase “duelo interpretativo”, se refiere precisamente a esto. Lo lógico es que se recurra a la intervención de personajes secundarios, otros sujetos que den algo de variedad a la película, pero son estos dos personajes los que van a llevar la batuta de una película sencilla en su planteamiento pero brutal en su realización. De ellos depende que la orgía de sangre afecte al espectador de uno y otro modo.

Quizás las cuatro estrellas parezcan un tanto exageradas a las luz de estos elementos, pero si tenemos en cuenta la relación de Francia con el cine de terror, bastante deficiente y escasa, son un justo premio a unos directores que se han arriesgado a mostrar lo que ninguno de sus compatriotas se ha atrevido antes. Aquí no hay atmósfera malsana ni grandes momentos de tensión previa alargados hasta la saciedad: pasamos directamente a la sangre. Eso, unido a la calidad de las citadas actrices, es un buen punto de partida para futuros intentos. A l´interieur aspira a ser uno de los slashers más bestiales de la historia del cine. Así de claro. Por eso, toda renuncia supondría una gran decepción. Una última noticia -sumamente interesante para los amantes de las creaciones Clive Barker- sirve a la perfección para ilustrar la extrema violencia de la película: Bustillo dirigirá la futura versión de Hellraiser.