Christophe Barratier saltó a la primera división del cine con Los chicos del coro. Aclamada por crítica, público y ganadora de un puñado de premios y nominaciones, la película ofrece una mezcla de música e historia-fácil-de-entender-con-niños que gustó a todo el mundo. La espectación por ver qué hacía después era grande. Ha tardado cuatro años en traernos su siguiente película.
La película que nos ocupa repite varios ingredientes de la fórmula de Los chicos del coro: niño, música y cierto tono tragicómico. Una vez más todo va a ser muy tópico. La clave de la película, por lo tanto, no estará precisamente en su originalidad. Y para compensar esto, la película necesitará un ritmo endiablado, personajes carismáticos y una buena atmósfera que retrate la época. Creo que Barratier ha demostrado estar capacitado para todo esto de sobra.
Estamos ante un producto interesante para aquellos que no le piden nada excepcional al cine, sino simplemente pasar un buen rato con una película agradable. Abstenerse los que buscan emociones fuertes o historias originales.