Crítica de la película Origen por Hypnos

Se trata de una de las películas del verano, incluso hay quien se atreve a calificarla de película del año. El caso es que llega lo último de Christopher Nolan, del director de El caballero oscuro, como reza cualquiera de los carteles que nos podemos encontrar por cualquier ciudad española.

Diez años después de que el director de Memento sorprendiera a propios y extraños, Nolan vuelve con esta película que, según parece, ya quiso hacer tras Memento y que ha tardado diez años en poder rodar. Por el camino se ha fraguado una carrera, a mi juicio, irregular con la infravalorada Insomnio, con el resurgir de la saga de Batman y con El truco final, película menor con un desarrollo de guión, sencillamente, inaceptable.

Nolan encara por vez primera la ciencia ficción sin escondites, con toda la pompa posible en una cinta a la que todos le quieren colocar la etiqueta de ser una nueva Matrix. Ataca con la que puede calificarse de su troupe de actores, con la incorporación de Leonardo Di Caprio, que ya viene de salir de las movedizas arenas de Shutter Island, y de Marion Cotillard, una de las mejores actrices del momento.

Y es que todos quieren trabajar con Nolan, el que podría calificarse, a la luz de los números de taquilla, el director del momento. Los que me conozcan ya saben que Nolan no es uno de mis directores fetiche. Hay que reconocerle un gran conocimiento de los clásicos, pero aún me parece que esté lejos del talento de, por ejemplo, David Fincher o Paul Thomas Anderson o, compartiendo fecha de estreno en España, de M. Night Shyamalan.

Estaremos ante una película compleja, de narrativa compleja, filmada con un buen pulso de tensión, con atmósfera, y con un guión lo suficientemente complicado para que el espectador haga el "ohhhhhhhhhh", como una buena sesión de fuegos artificiales.