Sea el tema que sea el que elija Alex de La Iglesia para sus títulos, siempre es seguro que la provocación y la exageración estarán presentes. Y desde luego es una valoración muy personal, pero me da la sensación de que con este film estará más desatado e irreverente que nunca, y eso que con el final de Balada triste de trompeta ya toco, no se muy bien si decir, techo o fondo. Así que hay que asumir desde el principio que hay que entrar en el juego que se nos plantea y dejarse llevar por la vorágine argumental y visual, que cada vez se irá alejando más de la realidad.
El guión, como siempre está escrito por él mismo, junto a un asiduo colaborador Jorge Guerricaechevarría. Nos cuente lo que nos cuente, de la Iglesia nunca pierde el tono de comedia, algo desmedidas en general, pero con un punto gamberro que bien te hace cómplice o al que acabas acusando de pervertir la mente. No se si veremos alguna de esas atmósferas inquietantes que es capaz de crear, no por su espectacularidad, si no por ese toque especial que tiene para crear lo cotidiano en algo terrorífico.
El reparto, una fiesta nacional: Carmen Maura, Santiago Segura, Carlos Areces, Terele Pávez, Pepón Nieto, María Barranco, Mario Casas, Hugo Silva...
Me sigo quedando con El día de la bestia o La comunidad, más sobrias dentro de su maravillosa excentricidad. Puede que nos sature demasiados juegos de artificio...o que ahí radique su mayor fuerza, pero me decanto por lo primero.