La novela negra sueca no puede estar
más de moda. Stieg Larsson ha arrastrado a un buen número de
escritores de su país (o cercanías) y de momento el público parece
que se fía con que el nombre suene nórdico y la trama sea
policiaca. En este caso, tenemos un bestseller de Lars Kepler. ¿Lars
Kepler? En realidad es un pseudónimo del matrimonio compuesto por
Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril. El caso
es que la novela, me temo, será un producto correctillo más con
algún elemento original pero sin nada especialmente trascendente,
aunque con el suficiente tirón comercial para haberse lanzado a por
una secuela (quieren hacer 8 nada menos).
Dirige Lasse Halström, que
habrá visto que en su país están haciendo el agosto con el género
y ha abandonado momentáneamente las Américas para aportar su
granito de arena al fenómeno. Para quien no sepa quien es, hablamos
del director de la exquisita Las normas de la casa de la sidra.
Tiene en su filmografía unas cuantas películas notables aunque en
esta última etapa se estaba dedicando a productos más bien
alimenticios, aunque más o menos dignos, como es el caso de La
pesca del salmón en Yemen. Es decir, conocemos su talento,
sabemos que es capaz de hacer buenas películas, pero no es ni mucho
menos garantía de calidad.
Participa a concurso en el festival de
San Sebastián. Es uno de los nombres conocidos, claro está, aunque
me temo que su película no ofrecerá más que un entretenimiento
digno, bien ejecutado. Eso, a veces, no es poco. Uno de los actores
suecos más interesantes, Mikael Persbrandt, es uno de los
protagonistas.