Me esperaba algo más de esta película. Concretamente esperaba que hubiera menos puntos negros. En general es una película correcta, a mi entender, sin salirse del camino marcado, pero en algunos momentos el paciente se nos va. Por ejemplo, la forma en la que está tratado el tema de su drogadicción, muy desperdigado y con una importancia que va cambiando continuamente. A veces te lo comentan de pasada y otras veces parece el centro de la película. Hasta llegar a ese momento hacia el final, en que el médico le canta las cuarenta y parece que vamos a ver algo de lo que pasa, pero simplemente la historia se acaba. Y esto me lleva al punto más negro, que es, sin duda, el recuerdo - sueño en que su madre le recrimina cosas. Creo que no habría forma menos sutil y empotrada de ofrecer el mensaje.
Otra de las cosas que considero inadecuadas es la forma de tratar los momentos de genialidad de Ray, pues muchas veces queda expuesto de una manera no muy concreta y quizá el público menos entendido, entre los que me cuento, se quedan un poco fríos, simplemente intuyendo que de verdad es un gran genio, apoyándonos sobre todo en los comentarios y rostros del resto de los personajes. Y se puede comparar con “Amadeus”, donde aunque uno no sea entendido en música clásica, puede sentir, vivir, el talento de Mozart.
Todo esto hace que la película no sea grande, sino sólo un entretenimiento (algo largo además) con buena música y genial actuación protagonista. Esto, ya de por sí, me da para colocarle tres estrellitas, bien ganadas, porque no se puede decir que saliera con mal sabor de boca. Eso sí, eché en falta algo de solidez en ese guión.