De nuevo Will Eisner como protagonista con sus cómics en voga pero también la soledad de Frank Miller tras la cámara, sin la confianza de su amigo Robert Rodríguez dirigiendo con él como en Sin city o la próxima Sin city 2. Desde luego experiencia ha tenido que coger después también de su colaboración en 300, y entre nosotros seguro que a estas alturas ya tiene en quien refugiarse antes de "positivar", las imágenes muy parecidas a las de las citadas anteriores experiencias.
Al final la estética no va a distar mucho de lo que estamos acostumbrados, concreciones de objetos en color de vez en cuando, negro y sombras bien colocadas, brillos y blancos muy ténues y precisos, en fin, ese genial toque que tanto nos ha gustado a la mayoría. El cambio puede venir de la mano de la historia, algo más romántica por así decirlo, menos vilenta, aunque cualquier cosa lo es ya, y un poco más de guión. El resultado en conjunto puede ser tremendo, desde luego.
Los encargados de llevar a los personajes del cómic al mundo real, enfrascados en interminables horas de actuación delante de enormes cromas, son la archiperseguida Scarlet Johansson (en la próxima Vicky Cristina Barcelona o en la reciente Las hermanas Bolena), la cada vez más cotizada Eva Mendes (en la reciente Cleaner) y para terminar con las féminas con Paz Vega, sí señores, que se atreve con todo y gusta poco a poco mucho más en el tremendo país del cine, después de sus últimas películas allí Dame diez razones o Spanglish por ejemplo. El protagonista masculino más importante es Gabriel Macht (Una canción del pasado o El buen pastor como secundario también) dejando un lugar privilegiado para un personajes que tratará de mover el film de la mano de Samuel L. Jackson (Black Snake Moan o con la hispana antes mencionada en Cleaner).
Un film de armas tomar pero no tanto como sus antecesoras desde el punto de vista violento, con más glamour y mucho más talento para la elegancia, y un tono de espectacularidad menos acróbata, pero igualmente grata para la vista con una estética genial, un montaje podoroso y unos personajes con veneno o diamantes en la boca, dignos de un mundo aparte que se nos vuelve a mostrar en pantalla. Simplemente a disfrutar.