Hablamos de una película sobre unos cuantos a un lado y otros al otro en plan Álamo, los guionistas, entre ellos pero que has hecho Carpenter, vieron en su día la habitación del pánico y pensaron que era mejor con mucha gente y alguna explosión. Bien, de acuerdo, pero conmigo no.
Que aparezcan sótanos como salida en el último momento, que el malo se tire media película diciendo cosas categóricas, y el otro más malo que todo va bien y llevan una madrugada para entrar en una puta comisaría que se supone está en un desierto porque nadie parace extrañado porque haya tiroteos durante miles de horas.
El papelito de la psicóloga muy útil, la ninfómana y sus tipos duros lamentables, el final soporífero y el perdón de vida calcado a otros momentos de cine. Muy justa, justísima, como ese par de ladronzuelos o drogadictos que se dan cuenta de lo que nadie se había dado cuenta y mueren como si nada escapando como cobachas.