Fool's gold, el oro de los tontos, ese sería aproximadamente el reflejo real del título original de esta película. Flaco favor le hacen cara a la taquilla con ese Como locos... a por el oro, aunque gran favor le hacen al espectador que precisamente por eso decida no verla.
Estamos ante el enésimo intento de Mazas McConaughey (como recientemente le bautizó mi compañero Sherlock) de convertirse en uno de los nuevos rosotros habituales del género de aventuras, un género bastante maltratado hoy día. En este caso se buscan un mcguffin de Jardín de Infancia (sencillo: un tesoro perdido), y convenientemente ambientan la película en escenarios marítimos para que Mazas tire de bañador y luzca torso. Y, claro, que su compañera al frente del reparto, Kate Hudson, haga lo propio con sus bikinis.
Detrás apoyan la función un par de actores interesantes; lástima que tampoo aporten garantías. Donald Sutherland hace tiempo que rueda lo que sea, allá donde le paguen decentemente. Y Ray Winstone, al que dentro de poco veremos en Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, bastante tiene con ir rodando lo que buenamente le ofrecen. Aunque es precisamente ahora cuando empieza a hacerse un hueco interesante en la industria. La llamada de Spielberg seguramente le abrirá más puertas.
Al frente del tremebundo invento, un tal Andy Tennant, que después de tirarse media vida dirigiendo capitulillos de series de TV, se pasó a la industria del Cine, donde dirige lo que le echen: Sólo los tontos se enamoran, aquella patochada romántico-mexicana con Salma Hayek; Ana y el rey, frustrado remake para mayor gloria de Jodie Foster o Hitch, especialista en ligues, una película de, por y para Will Smith.
Como locos... a por el oro es una de esas películas que debió estrenarse en verano, para que picaran los cuatro o cinco despistados de siempre, o para los fans de Mazas McConaughey. En estas fechas no tiene sentido.