Tan predecible y prescindible, que tras las presentaciones con cierta picardía de los personajes, entra en un tedioso bucle de reproches de pareja y de intentos infructuosos de reavivar y romper la relación, todo aleatorio y a merced de un guión veleta. Hanif Kureishi que por lo menos en Venus centraba la historia y la hacía interesante, en este título se pierde una pareja adulta que se pierde en repeticiones de lo mismo pero más exagerado.
Cuando le cinta empieza a tener ya poco que ofrecer más, y la pareja de Jim Broadbent y Lindsay Duncan poco más tienen con que sorprender, entra en escena Jeff Goldblum, pareciendo ser el nuevo impulso que necesita la cinta, pero no es así. Si cabe, aun la hace menos apetecible, entrando en un bluce que se retroalimenta.
La mala leche de algunos diálogos y la interpretación de Broadbent se convierten en lo más destacable de un film que me ha hecho reír con un par de chistes con miembros que no se levantan y tópicos sobre la pareja. Nada sorpresivo.
La conclusión, es que es aburrida. Y eso tratándose de una comedia es imperdonable.