Me pudo la alegría porque fui demasiado generoso con mis expectativas y con la nota de mi precrítica. Las ganas de ver este cine de cuento, aventura simple y magia por doquier con trama amorosa, me precipitaron y no pensé en lo que quizás no llegara a estar tan bien. Precisamente una de las cosas, la banda sonora, que sinceramente, en muchos momentos, no todos, llega a estorbar.
Por otro lado, el toque demasiado ingenuo le quita verosimilitud, demasiado bonachona podría decir, y casual también, aunque no queda mal con ese toque de humor, dosis que no pensé tan alta, que alegra la película sin descanso.
Sin embargo, en pequeños destellos, nunca mejor dicho, el film llega a enternecer con la simpleza y la pureza de la magia de siempre, con cuentos que te apetecen, por muy sensiblero y tierno que piensen que eres, al fin y al cabo, eso es cine, lo que no verías en tu mundo, día tras día.
Al final, de alguna manera poco exacta no insatisfecho, sino con hambre, pero en definitiva contento de ver esta película de corte alto, disfrutando de sus talentos.