Crítica de la película La guerra de los mundos por Hypnos

Media sonrisa


3/5
21/07/2005

Crítica de La guerra de los mundos
por Hypnos



Carátula de la película Desde luego sólo el bueno de Spielberg podría concebir esta película de la manera en que está concebida. Sólo él podría regalarnos una obra tan absolutamente megalítica, megalómana y faraónica, en la que casi cualquier presupuesto me resultaría corto.

Básicamente comenzaré por exponer mi conclusión final, para luego decir cómo he llegado a ella.

Cierto es que he sido reticente ante esta película, pero querido Rómulo y Remo, no he sido el que más, desde luego, yo no puse dos estrellas en la pre.

Desde luego no me interesaba para nada ver otra película de invasiones alienígenas, o de catástrofes, o de lo que quiera que sea este género. Y así resulta que la película me ha parecido muy buena en todo aquello novedoso que posee con respecto a la novela original, y mucho más floja en todo lo que tiene que ver con el texto de Wells. Esto necesita de dos matices.

Con el primero de ellos me sumo a lo manifestado por Rómulo y Remo en la escena "nueva" en la que Cruise (Ray) derriba uno de los trípodes con un par de granadas. A mí tampoco me ha gustado esa escena.

Y aprovecho para enlazar con el segundo matiz. La escena con Tim Robbins, pese a estar en la novela, me ENCANTA. Los diálogos son magníficos, la contraposición de pensamientos es magnífica, la tensión es magnífica, y, sobre todo, su resolución es gloriosa. La música, la niña con los ojos vendados, Ray entrando a la habitación y cerrando la puerta. Y, en contra de lo que le parece a Sherlock, esa sordidez y esa oscuridad me encantan. En cierta manera me recuerdan un poco a dos de las escenas que más me gustan de "Minority Report": Cruise hablando con la creadora del programa en el invernadero, y, sobre todo, a Cruise y la operación de ojos. A esta última se parece muchísimo.

Volviendo a los pros, a lo que me parece lo mejor de largo de la película: la historia de supervivencia de Ray y sus hijos. Desde la misma presentación de los personajes, en siete minutos nos ventila y explica qué es lo que se cuece en esa familia. Y, a partir de ahí, decide construirnos las notas de terror de la historia sobre los ojos de Dakota Fanning, ese juego tan spielberiano de "no mires", "no te alejes", pero cada vez que la cámara baja hasta poenrse a la altura de los ojos de Dakota, uno sabe que viene algo terrorífico. Como la escena de los cadáveres en el agua, absolutamente bíblica. Otra escena muy buena de esta nueva parte es la de la división del núcleo familiar ante la colina y la evolución del hijo, desde que hace el primer amago para ir con los soldados y querer devolvérsela a los alienígenas, su actuación en el ferry y ese punto. Desde luego representa el punto de vista más americano del trío de protagonistas.

Y ni qué decir tiene las escenas y planos que Spielberg se saca de la manga. La del coche es magnífica, y otras en la huída inicial de Cruise también lo son. El aspecto visual de la película en líneas generales me parece muy bueno, aunque no me haya gustado mucho la fotografía de los pirmeros quince minutos.

En definitiva, me ha gustado la manera en que Spielberg ha tratado la catástrofe. Ha decidido hacerlo de la única manera en que se puede construir una película decente en este género: el punto e vista subjetivo y personal. Nada de variar los puntos de vista y poner rótulos al estilo "Centro de control de catástrofes alienígenas". Vamos, que ha cogido lo que Emmerich no se atrevió a profundizar en "El día de mañana".

Ahora bien, Spielberg, a mi juicio, cae en su propia trampa. Él es como es y no podía haber hecho cualquier cosa. Ha aprovechado sus obsesiones para dotar a la película de un trasfondo de buen cine, pero en ese afán por querer hacerlo todo y querer mantener el espíritu de la novela fracasa y pare un producto que en sus veinte últimos minutos decae notablemente.

Si quieres hacer una película de altura sobran las dos voces en off, y, sobre todo, la final. Esa referencia a Dios resulta absolutamente trasnochada. Máxime cuando Spielberg ha querido dejar fuera toda referencia religiosa, salvo esa iglesia que es el primer edificio en caer. Ídem de ídem en esa aseveración de "ningún hombre nace y muere sin motivo".

Y, bueno, que siempre es difícil querer hacer una película sólida con el argumento que "La guerra de los mundos" posee. ¿Máquinas enterradas hace millones de años y que nadie ha descubierto nunca? ¿Un plan estudiado pacientemente durante millones de años y no aguantan ni dos días sobre la Tierra? Por mucha tensión que uno tenga durante la película y demás, uno se para a pensar y le da la risa. Curioso "deus ex machina".

Pero, lo que realmente más me ha molestado de esta película son, los cinco minutos finales: el reencuentro. No me ha gustado que Spielberg no haya sido valiente y haya matado al hijo "díscolo" de Ray. En cierta manera le habrá parecido demasiado fuerte matar al héroe que sólo piensa en defender y dar por culo al invasor, si bien decida actuar sin ninguna lógica. En fin, que uno tiene la sensación de haber sido ninguneado. La desolación ha sido el patrón de toda la película pero el final sólo puede ser feliz. Así es Spielberg y así se nos muestra. No me vale que quieras cerrar la película con el abrazo y la primera vez que oímos decir a Barry "papá". No puedes dedicar una gran imaginación para unas cosas y tan poca para otras, sobre todo, cuando hablamos de cerrar una película. pero, mucho me temo, que para ese momento Spielberg ya nos había contado y mostrado lo que más le interesaba de este proyecto.

No puedes hacerlo, Spielberg, si pretendes que bendiga esta película con estrellas superiores. Una pena.


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