El título de esta precrítica puede parecer coñero, a alguno incluso quizá le parecerá demasiado coñero, pero nada más lejos de la realidad: es el título con el que se ha estrenado en Francia. Así que por algo será.
Un detalle como éste nos lo dice todo. Nos encontramos ante una película protagonizada por un chico mono (en este caso Hayden Christensen, el Anakin de George Lucas), ambientada en una Edad Media que pinta a escenario más mágico que realista y con un cierto tono modernito-estilo-MTV. A alguno le recordará a Destino de caballero...
...sólo que aquella era una peliculilla tontuna de acción con Heath Ledger, y esta es una comedia chorrona que pretende apoyarse en su supuesta "originalidad", al trasladar este tipo de humor poco sutil a esa ambientación de época. Eso sí, tampoco llegará a ser tan poco sutil como American pie y algunas de sus (aún más burdas) imitaciones. Lo peor, es que tampoco llegará a tener la gracia que en ocasiones tenía American pie.
Hay más datos que llevan a la desconfianza: David Leland, su guionista y director, no es ningún experto en el género. Tampoco tiene títulos demasiado conocidos en su currículum: El gran hombre, con Liam Neeson, era una especie de The boxer en versión sosona, y Amores en tiempos de guerra no pasa de ser su Tomates verdes fritos particular, pasado por un tamiz bélico.
Además, ni Christensen me parece un actor con una capacidad cómica evidente (sería todo un descubrimiento), ni su partenaire es de recibo: Mischa Barton es una actriz floja hasta decir basta. Sosa. Sin sangre. Que una tía con esa carita no resulte atractiva es la demostración definitiva de que esta muchacha no transmite nada.
También anda por ahí Tim Roth. Un muy buen actor, pero garantía de nada. Es un tipo extraño. Trabaja poco, pero sus elecciones responden al perfil de actor que acepta lo que le echen, sin filtro. Raro.
Con los nombres propios que se acercan a nuestros cines estos días (Batman, Wall-e...), no es esta la película a elegir.