Parece que por mucho optimismo que pudiera yo tener, por mucho que confiara en el buen hacer de Ira Levin y en los actores, esto ha sido lo que parecía. Un producto más del tío Dollar que no tiene sentido ni demasiada gracia.
Al menos la película iba siendo entretenida hasta que finalmente el desenlace de lo más sonrojante ha terminado de cargarse el invento. Quizá si hubiera sido un musical...
A la pobre Nicole le hacen sobreactuar, Glenn Close ha perdido todo el sentido del ridículo y Matthew Broderick como siempre... un sinsorgo. El gran Christopher Walken es lo mejor de la película.
Vamos a ver si nos ponemos las pilas, no vale con rescatar antiguos éxitos y plantarlos sin más ni más, adaptándolos levemente a nuestros días, y destrozando argumentos.
Algo bueno, me han encantado los créditos iniciales