Crítica de la película Llamando a las puertas del cielo por William Munny

Como ya bien describe mi compañero Rómulo y Remo en su precrítica Wenders lo sigue intentando, donde describe lo importante de su carrera, Wenders ha sido más de lo que es, con un toque de personalidad indiscutible que pretende recuperar, con este personaje solitario que se cansa, que se rinde pero a la vez pelea con timidez acerca de una vida, de decisiones, del camino que se ha recorrido.

De alguna manera, los caminos por recorrer, las decisiones importantes que se nutren de los sentimientos que se arrastran, son la clave de un cine de siempre de Wenders que lo lleva todo a un terreno casi acabado para remontar basándose en cierta tristeza opaca que es difícil de conectar con la alegría.

Cine de posos y pensamientos lentos, con la amargura como protagonista inquieto, parece ser una película que pretende profundizar con dureza y que desde luego, no va a ser sencillo contemplar sin medir la concentración. Una historia de verdades ocultas y de interiores que se revelan, una fotografía de ser humano que se encuentra a sí mismo o al menos lo intenta.