Las directoras de El tren de la memoria, un documental sobre la inmigración espeñola en otros tiempos en viceversa a los actuales, o ya veremos, se presentan en la Seminci con una película documental entorno al último reducto de actores y actricez itinerantes del país. Un teatro que ya no existe, que existe por ellos, y que con sus fundadores de 80 años de edad, podremos rescatar del desconocimiento y de la memoria.
Expertas en llevar adelante por tanto proyecto de rescate, cuando se hacen las cosas con cariño y profesionalidad parece que saben mejor, o es que realmente saben mejor. Probablemente tierno, sincero, desgarrador y tragicómico, no va a defraudar a los amantes del género y los que se pasen por las pocas salas que lo exhiban. Una necesidad que espero al menos llegue a todos en la televisión dentro de unos meses.