Poco se suele contar sobre las deportaciones de judíos en el país galo. Pensamos que todo fue honor y valentía en Francia, creemos que el holocausto es algo que tiene que ver con Alemania o Polonia. La propuesta de Gilles Paquet-Brenner, La llave de Sarah se acerca un poco a la idea de recuperar la memoria histórica de las familias judías que vivieron en Francia durante la segunda gran guerra y que fueron deportadas a campos de trabajo,etc...Y lo hace a lo fácil, tirando de la clásica historia de periodista profesional comprometido con las causas sociales y con afán investigador que trata de unir las piezas de un puzzle hecho añicos en la década de los cuarenta. No lo vamos a criticar, sabíamos a lo que veníamos. El problema no está ahí.
Siendo sincero, la primera media hora es bastante mediocre. Tan sólo hacían falta un par de fotos, un par de viajes al pasado sin demasiado apaño y unos cuantos testimonios para reconstruirnos la historia tirando de viejos recursos. En vez de eso, tira de presupuesto con esa ambientación de época y muy mal llevado la verdad, bastante rídículo todo. Un corta y pega rapidito a partir de la novela homónima. Cuidadito, cuidadito que nos quemamos.
A partir de aquí, volvemos a siglo veintiuno con una sensacional Kristin Scott-Thomas que sin soltarse la melena va de menos a más. Y es apartir de aquí cuando creo que comienza verdaderamente la película, no la historia. He empezado a sentirme agusto. Tienes la sensación de haber visto esto antes, sólo cambia el país, alguna que otra pieza pero nada nuevo. Pero bueno, aunque todo está cantado y deja cerrada la posibilidad de sorprendernos, incluye nuevos personajes, te familiarizas más con la historia, añade el tema del embarazo que de sobra se ve qué intenciones tiene...trata de salvar la peli.
Una película sacada de novela y sin exprimirse mucho los sesos, un formato más que visto pero aunque no llegue lo intenta suavemente. Algo más independiente dentro de lo comercial pero muy del perfil del espectador medio que no le hará ascos si está en la cartelera de un multicine comercial.