Antonio Chavarrías es uno de esos realizadores que no le tiene miedo a nada. Tan pronto dirige, escribe o produce y no le da miedo el cambio radical de géneros. Su ultimo trabajo como director fue Las vidas de Celia, un film entre el thriller y el drama, que obtuvo buenas criticas entre el sector especializado pero con poco éxito entre el publico, vamos, como otros muchos títulos del cine patrio injustamente olvidados. Los créditos de la película vienen encabezados con el propio Chavarrías tras la cámara y el guión, pero con una historia original de Sergei Belbel, uno de los artífices de la magnífica Eva, el primer largo español de ciencia ficción romántica.
Con este nuevo trabajo, se adentra en el terror, un género al que la taquilla siempre suele tratar mejor. Aunque la intuición me da a que no será tanto horror como promete si no mas una angustiosa trama de suspense con niña creando todo tipo de situaciones espeluznantes. Un menor siempre crea ese ambiente de desconcierto e incomodidad necesario para que la tensión reine en las escenas que lo requieran.
La presencia de Juan Digo Botto y la amenaza del miedo serán el reclamo principal de esta cinta, que desde luego no ofrecerá nada más allá que una atmósfera inquietante, dos sustos bien dados y pocas sorpresas en el guión. Para pasar un mal rato con una decente puesta en escena.