No es esta una de las mejores películas de Kevin Smith, pero mantiene un nivel suficiente de comedia para compensar algunos aspectos algo fallidos.
La historia de fondo la conocemos desde el minuto uno, porque es muy previsible pero también porque ya la conocemos de este mismo director. En esta ocasión, además, es algo cursi, en contraste con el punto de porno gamberro, nos encontramos algunas escenas de sentimentalismo demasiado correcto.
Afortunadamente, los diálogos no dan tregua, aunque pueden llegar a saturar, y convierten, cursilerías aparte, a la película en una porno, al menos en esencia. Y es que la esencia, hoy en día, de la mayoría del porno light no es el sexo explícito sino el chiste verde y la comicidad sexual. Muchas veces tienen más que ver con el cine de Pajares y Esteso que con el sexo puro y duro. En este sentido, la película de Kevin Smith toma perfectamente el rol de ese género, hasta el punto de incluir en muchos momentos una banda sonora machacona y barata para rellenar escenas, fundiéndose así la forma y la temática, de un modo divertido.
Una película menor del director, que cuenta con buenos momentos divertidos. Nada más.