No llega a decepcionarme porque ya me esperaba cierto tono de cohabitación entre carnaza y redacción existencial, la mezcla no conviene, no enriquece, incluso empobrece.
Que Jodie Foster insista hasta me parece bien visto el resultado, pero dejarle al arbitrio de un policía que no hace más que mostrarse afortunado y poco sagaz en sus pesquisas, sólo hace que la mentira que hay entre ambos sea bastante menos intensa y más irreal que otra cosa. Es decir, el guión logra que cuando todo es evidente, no se considere como tal en espera de la escena del espejo en el bar, a lo que se quería llegar, desde el principio.
Me parece bien, pero sobra un asesinato y mucha paciencia. Terminas por desconectar cuando ver claros los tiros silenciosos del film. El final presumible y ramplón. Su voz en off, un atisbo de lo que podría haber sido esta película muy forzada.