Crítica de la película Shrek 2 por William Munny

Es mucho menos y mucho menos es. Si los golpes de humor estuvieran más seguidos y unidos, si no hubieran caído en la recalcitrante opción de duda de los personajes, si el gato con botas no fuera tan mísero y poca cosa apretada en el guión. No sé, que está bien pero que no llega ni a la 5 velocidad de lo que se nos ofreció anteriormente.

Ese gato con calzador que tendría que desaparecer tras el intento ni siquiera fallido de asesinato. Después sobra, no hace gracia ni un momento, sin importancia, el burro parece perder la chispa de otras veces y ya no podemos estar esperando que su pesadez nos haga reir como lo hacía antes. Y los dos personajes centrales son un reflejo de la primera, llenos de dudas de amor y dudas de personalidad, casi haría falta acudir a Freud o Allen para ayudarles, es la misma historia que la primera película, se encerraron con la malvada incorporación del hada madrina y solo llegaron a la conspiración absurda de encantador. Lamentable. Que vivan aventuras, no una comedia romántica. Son ogros. Si pensaban que mostrándome a Shrek de guapo, a burro de corcel o al padre de la novia iba a vastar, pues no vasta. Esos detalles han de ser anexos a la historia no la historia en sí.

En definitiva, muy sencilla, pasable, con algunos focos de humor pero no da para más. Decepción. Lo único a destacar los homenajes a películas.


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