Crítica de la película El almuerzo desnudo (Naked lunch) por William Munny

Me gusta ese toque, el de narrar al autor en su época de creación del libro y no ir a por el libro, que al parecer de extenso hubiera sido un suicidio visual y narrativo. Entiendo su estreno en España tan lejano en el tiempo, es sin duda una de las creaciones más extrañas de David Cronenberg.

El director de Cromosoma 3, La zona muerta, Videodrome, La mosca, Crash o las más recientes Una historia de violencia o Promesas del este, parece que se pega un homenaje así mismo acogiendo un film en su regazo como un capricho que era posible no tuviera demasiados seguidores más allá de los propios fans.

Efectos especiales que ahora parecen lejanos ya en el tiempo formulando insectos a base de artesanía y la complicidad de un personaje que narra a la perfección la obsesión y la locura, la drogadicción y sus resultados en un ser acostumbrado a ser frío y calculador. No por ser de género especial cae en balde roto. Consigue sus objetivos de dejarnos pegados a la pantalla aunque es cierto que en determinada fase termine por quedarse como suspendida en su propia alucinación como si nada.

Peter Weller, que ya había interpretado su gran papel en cuanto a la fama, Robocop, se hace cargo de un personaje que le viene al pelo, lento y duro en ese mundo de sombreros y abrigos de gangster que se nos presenta. Es curioso pensar que el peso de la película recaiga en él y en varios bichos.

Cuando el personaje alucinante llega a Interzone, un lugar surrealista y lejano a toda norma, la película llega a su momento más voraz, y no lo digo por la sangre, sino a la caída de pensamientos y situaciones curiosas no dejándonos ni aclararnos bien ni crear una lógica  a lo que siente un hombre en mitad de lo imposible, creando informes dentro de los propios informes.

Una película sinceramente muy excelente desde el punto de vista de una creación fantástica pero seria sin caer en la peor parte del subgénero, centrándose en el interior de un personaje muy bien definido y no acabando por enfrentar situaciones de fuga o arreglo de trama como pudiera necesitarse en cualquier otra producción. Aún así demasiado extraño para David Cronenberg, una alegría pero con cuidado.