Martyrs no es la película más gore que se ha hecho en la historia del cine. Las famosas ambulancias a la salida de Sitges no son más que una buena campaña de marketing (por si a alguien le quedaba alguna duda).
Tampoco es Martyrs una película moral. Hay sectas, hay símbolos religiosos, pero no creo que haya en ella ni la más mínima intención de hacer una crítica de ningún tipo a la religión ni nada por el estilo.
Por eso creo que al hablar de Martyrs hay que despojarla tanto de su campaña de marketing como de interpretaciones morales. Ahora bien, si lo hacemos: ¿Qué nos queda? Pues nos queda una película dividida en dos partes cuyo resultado es algo irregular.
La primera parte de la película atrapa al espectador desde el minuto uno. Su esquema de mujer que se venga de lo que le hicieron hace unos años, no dista mucho del que hemos podido ver en otras películas (como la que homaneja Kill Bill, por ejemplo). Está claro que su forma de violencia es bastante más seria y dura, pero la escabechina que se monta es tan aparatosa que uno no se concentra especialmente en el realismo de las escenas.
La cosa cambia según nos acercamos a la segunda parte de la película. La muestra del resultado del martirio infligido a una de las chicas de la casa resulta turbadora. La película desde ese momento penetra en la mente del espectador y lo sobrecoge. Hay dos cosas especialmente brillantes en ésta película. La primera es lo bien solventada que está la falta de presupuesto. La segunda es el enorme realismo de los martirios. Y es que a ésta película, por mucho que a uno le repugne, no se le pueden quitar esos dos méritos.
Finalmente, la verdadera protagonista de la película (que inteligentemente se nos muestra al principio como una secundaria) es martirizada. Quizá aquí afloje un poco la película. El espectador siente empatía por la protagonista. La película lo sabe y se ceba torturándola. Pero para mí llega un momento en que se desconecta por reiteración de imágenes. Uno vuelve a conectar solamente al final para ver una resolución que, cuanto menos, no insulta la inteligencia del espectador.
No me gustan las películas como Martyrs. No me gusta esa recreación en la violencia realista. No me parece divertida y, además, que tengamos que llegar hasta ese nivel de realismo para creernos una película violenta probablemente pueda llevarnos reflexiones que aunque resulten inevitablemente pedantes no dejan de ser ciertas. Pero eso no quita para que Martyrs sea una película bien hecha, bien resuelta y con mucho cine en su interior...
No es para mí, pero supongo que es buena.