Un novato en esto del largometraje atreviéndose a fundir el lenguaje documental con la ficción y, si por esto no fuese suficiente, atreviéndose a centrar su atención en el propio proceso creativo de una película. Es decir, no tanto cine en el cine como cine sobre cine: lo que venimos en llamar metacine.
Que un debutante venga con estos bríos quizás anime a algunos, pero a la mayoría, intuyo, puede asustarles. Incluso habrá quien mire por encima del hombro despectivamente: anda Kitano ahora atreviéndose con su Takeshis' después de años y años pegando tiros sin cambiar el gesto, y este tal Pérez de Lara se nos pone pedante a las primeras de cambio.
Quizás. Pero es muchísimo más arrogante (y pedante, sí, pedante) negar la posibilidad del acierto antes siquiera de comprobarlo. Dudo que en el que es su primer trabajo largo el realizador catalán acierte a equilibrar sus ansias ensayistas con la parte ficticia de su producto, y quizás por ese segundo complemento se le pueda escapar la apuesta. Lo digo como lo presiento pero, repito, incluso así, con resbalones, zigzags e imperfecciones, puede ser un primer paso en el camino muy interesante de analizar.
Ahora, que nos viene pretencioso no lo puede negar nadie. Pero... ¿y qué?