No es mala la intención de Mary
Harron con esta película, pero el acabado es demasiado
irregular. Decía la directora que en su adaptación de American
Psycho se había limitado a tomar partes de la novela e
incluirlas tal cual en la película, que los diálogos funcionaban
bien. Me temo que aquí haya intentado lo mismo, pero con un
resultado bastante peor. Y es que la imagen que da la película es
esa, una imagen fragmentada, donde el guión avanza dando bandazos,
parándose en la importancia de una cuestión para olvidarla en la
siguiente escena. Un conglomerado de situaciones que no terminan de
casar bien del todo.
Por otro lado, se quiere buscar una
ambigüedad frente a lo sobrenatural para subrayar su simbolismo (que
por cierto es remarcado explícitamente por el profesor de
literatura), pero tampoco esto está bien conseguido, pues esta
ambigüedad está buscada de una manera bastante forzada, brusca y
pierde su valor.
El atropello de sucesos graves hace que pierda interés lo que pueda sucederles a las protagonistas.
Además, los lugares comunes de la exclusión social, la "otra",
el poner en contra a todos, etc. están demasiado vistos.
Se ven claras las intenciones de la
directora, entre otras cosas, porque las expone abiertamente, el
sexo, la sangre y la muerte, el dolor de la pérdida, la difícil
adolescencia, las transformaciones, y demás; pero no se ha sabido
construir a través de ella una película sólida, o al menos
interesante.