Crítica de la película Orgullo y prejuicio por Iñaki Ortiz

Hay tres cosas que pintan bien en esta película.
1- La opinión positiva del camarada Hypnos que suelta las estrellas con muy poca generosidad y a esta le han llegado cuatro.
2- La opinión muy positiva del insigne Torres-Dulce, excontertulio del más insigne programa Que grande es el cine.
3- La participación en la película del brillante Donald Sutherland, que si bien no tiene por qué ser signo de calidad del film, es una baza muy importante.

Y lo demás, mal. Porque de Jane Austin poco se ha sacado interesante, básicamente la excepcional “Sentido y sensibilidad”, lo demás suele ser para que lo vean señoras después de tomar el té con pastas y antes de la partida de Bridge. Concretamente, de esta novela (“Pride and Prejudice”) me llama más la versión Bollywood de Gurinder Chadha, “Bride and Prejudice”. El caso es que ya hace más de 60 años se hizo una versión con Lawrence Olivier y después muchas versiones para la televisión, así que no sé, venir a contarnos ahora lo mismo me produce un gran desinterés.

En cuanto a sus cuatro nominaciones al oscars, tres son menores y la otra, la de mejor actriz principal para Keira Knightley, me dice que seguramente haga un buen papel, porque una actriz que es nominada sin pasar primero por la máquina de afearse, tiene mi voto de confianza. Sin embargo no creo que sea tampoco suficiente. Así que como digo en el título con este burdo juego de palabras, mi orgullo, el de precog que ha sentido un gran desinterés y mi prejuicio hacia este tipo de obras de “la Sra. Robinson espera en el jardín”, hacen que no pueda ofrecerles más de un tres a pesar de mi confianza en esos dos grandes críticos que son Hypnos y Torres-Dulce.

Eso sí, espero una buena factura y que todos los aspectos técnicos estén bien cuidados. Una película con la que no creo que vaya a salir de mal humor.