Crítica de la película Potiche, mujeres al poder por Hypnos

Cada vez que se estrena una película de François Ozon, uno debe alegrarse, ya que, pese a tratarse de uno de los directores franceses de más renombre y relumbrón internacional, no tiene asegurada su presencia en nuestra cartelera.

Bien es cierto que ahora parece que viva un idilio con el estreno reciente de Mi refugio y de Ricky y, ahora, de Potiche, su última película hasta la fecha y que fue presentada en el pasado Festival de Cine de Venecia, donde la mayor parte de sus parabienes fueron a parar a Catherine Deneuve, la protagonista absoluta de la cinta.

El cine de Ozon es francamente interesante aunque puede decirse que tiene tres versiones. Tiene un tipo de cine de corte profundamente experimental, a la manera de Sitcom, su bizarrísima ópera prima, a Ricky, de estreno reciente, pasando por esa joyita que es Swimming Pool. El segundo tipo de cine que realiza Ozon tiene que ver con películas mucho más pequeñas en apariencia, de una mayor sensibilidad como podrían ser 5x2, El tiempo que nos queda o Mi refugio. Y, por último, tiene un tipo de cine engoladamente francés, de Industria casi que podríamos llamarlo, cuyo mayor referente es 8 mujeres y en el que creo que habría que encuadrar esta película.

Y no sólo lo digo porque sean películas en las que participe Catherine Deneuve, sino por el toque pretendidamente ligero y de comedia, con otro actor importante como es Gerard Depardieu, en una velocidad intermedia entre la experimentación y la radiografía de sentimientos.

Ozon, comparado con Almodóvar, es un cineasta que da auténticos regalos a sus actrices y creo que será un placer ver a Catherine Deneuve enfundada en un chandal, como se puede ver en imágenes promocionales del film, desplegar todo su glamour y su savoir fare.

La pena de este estilo de películas de Ozon, tan ligeras, es que uno se siente como si tuviese ganas de bañarse en el mar pero sólo acertase a meter los pies en la orilla. Yo a Ozon le pido mucho más.