Crítica de la película Sácame del paraíso por William Munny

Voy a utilizar esta película estúpida y ligera como resorte logístico. Me explico, a veces incluso el cine es utilizado como herramienta de comunicación y/o social. Cuando un grupo tiene que acercarse a las salas y el gusto es heterogeneo no queda más remedio que caer en lo fácil en post del disfrute de la comunidad.

Aunque sé que los gastados chistes no me van a alegrar la tarde, la compañía y algunos rostros de felicidad me servirán como excusa para atender al guión diseñado por y para el comparsa de Paul Rudd y la gerifalte de la comedia romántica Jennifer Aniston.

Como todo el mundo de vez en cuando no se tiene más remedio que comerse una hamburguesa de McDonalds, incluso con Coca Cola, y que conste que vuelvo a incidir que para el bien común, pero el cine también es eso. Cine sencillo, risueño y sin entrañas que busca la palomita y el dinero fácil a costa de situaciones como en la que me encuentro. Por esta vez han ganado la batalla pero en la negrura de otros momentos, cuando pueda elegir con individualismo el destino de mis salas evitaré el contacto con el cine de consumo yanqui.

Postdata: y que conste en acta que no había una opción mejor en el multicine más cercano que debo usar por obligación