Augusto Martínez Torres no ha hecho nada que yo conozca. Sobre todo porque lleva 20 años sin hacer cine. Por eso quizá sorprende que vuelva ahora. ¿Tiene algo muy importante e interesante que contarnos?
Pues no lo sé. Lo que es seguro es que tiene algo muy morboso que contarnos. No he de negar que el argumento (lo de siempre: no lo cuento porque es una precrítica) es enrevesado incluso para ser cine español. Padres, hijas, cintas de video... ¡no diré más!
Lo que pasa es que en éste caso incluso me queda la duda. Quizá ésta sea una película interesante. Si el mercado español no tendiera al morbo barato a cambio de un poco de taquilla y ésta fuera una película marginal o independiente, quizá estuviéramos ante una pequeña joyita.
Para aquel que no tema al cine español o que, incluso temiéndolo, se deje vencer por el morbo.