Crítica de la película The Host por Iñaki Ortiz

La película se presentaba con las mejores expectativas, avalada por crítica, por taquilla y por la esperanza de los espectadores de la semana de terror. Y comienza fuerte, dando a entender que todo lo que esperamos de ella se cumplirá sobradamente.

Una introducción esplendorosa de la serie B más jocosa y de mejor calidad explicando el origen tóxico. Después los pescadores en la primera e inofensiva aparición que se esconde para nosotros. Y llega la presentación estelar de nuestro monstruo, colgando claramente ante nuestros ojos, ni sombras, ni oscuridad, tan sólo un objeto indefinido colgando que se lanza al río. Empieza esa música de percusión maravillosa y la catástrofe de gentíos al más puro estilo Godzilla, pero mucho más ágil, mucho más ritmo y con una dirección muy briosa, entre la gente.

Un placer. Entre la broma y la tensión. Una familia interesante además, con personajes curiosos. La niña secuestrada por la bestia por la negligencia de un padre, que por otro lado se ha mostrado valiente deja abierta la aventura. Bong Joon-ho ya lo ha dado todo y quizá por eso se relaja. Aguanta un poco más introduciendo la variable del virus que ofrece un renovado interés a la película. Hay una historia, no como en la mayoría de películas del género. Todo va muy bien hasta que muere el abuelo.

La película de pronto se pierde a la deriva. Se muestra difusa, con personajes perdidos y una trama política que no termina de encajar. Mucho andar por alcantarillas. En la recta final es cuando más tiene que dar y cuando menos ofrece. Esto desmembra lo que pudo ser una película muy redonda aunque en muy pocos momentos excelente. No hay nada que más duela que un buen comienzo se pierda en una parte final más gris.

Con todo, buenos momentos cómicos, cínicos, buenos momentos de acción y espectáculo. Personajes interesantes aunque algo caricaturescos. Original dentro de sus límites. Y sobre todo, muy divertida en su primera mitad.