Crítica de la película The Interview por Iñaki Ortiz

The Interview es humor Seth Rogen en estado puro. Están las habituales referencias a la cultura pop, con cameo del mismísimo Eminem y algunos actores interpretándose a sí mismos, como Rob Lowe o Joseph Gordon-Levitt. Están los chistes verdes, el lenguaje sexual sin tapujos, lo chistes escatológicos. Por supuesto, se reserva su personaje habitual, con cierta sensatez desvergonzada. Una especie de nuevo americano medio, inmaduro, gracioso, simpático, cobarde y acomodado. Está todo, pero en una versión facilona y sin demasiado ingenio. Y es que Rogen, en este caso, solo ha participado en el guión escribiendo la historia, junto con su compañero habitual, Evan Goldberg. Por eso está su tono, pero no su detalle. Por eso, posiblemente, los chistes no funcionan tan bien. El guionista es Dan Sterling, que hasta ahora solo se ha encargado de algunos capítulos de varias comedias televisivas. El resultado, efectivamente, tiene ese humor grueso de comedias de 20 minutos.

Nada que ver, por tanto, con el anterior trabajo del tandem Rogen – Goldberg, Juerga hasta el fin, mucho más divertida, imaginativa y atrevida. Claro que The Interview también es transgresora, como aquella, al señalar a personajes reales -qué pena que en esta ocasión Kim Jong-un no se interpreta a sí mismo- hasta tal punto que ha levantado el revuelo que todos conocemos y que le ha valido para ser un éxito instantáneo en las múltiples formas de distribución en las que se ha lanzado. Por supuesto que es estupendo que la película se haya podido ver sin miedo a represalias, pues supone un ejercicio de salud en la libertad de expresión; y por supuesto que está bien que alguien se haya parado a denunciar esta terrible dictadura desde una película con el arma más poderosa que existe, el humor. Todo eso está muy bien, pero no hacen que esta tonta comedia de chistes fáciles sea mejor. O quizá sí, que cada cual lo valore como prefiera.

Algo que sí me parece destacable, es la soltura con la que se mueven Rogen y Goldberg en la dirección. Ya en su anterior película, no les dio miedo montar todo un espectáculo apocalíptico. Aquí, hay varias secuencias de montaje brioso y ambientación oriental que tienen mucha fuerza. Algo inesperado en una pareja de comediantes que parecen buscar solo la carcajada. La factura general de la película es muy buena e incluso se permiten algunos alardes. Todo esto, eso sí, sin salir de un enfoque puramente comercial.

El propio Rogen está perfecto en un papel creado por él a su medida, en su registro habitual. Consigue algunos instantes -ni siquiera digo momentos- divertidos, que también los hay. Algo peor parado sale James Franco, con un personaje que se pasa de estúpido.

Una comedia que no pasa de ser una tontería y que no está a la altura del talento de su equipo. Sin la polémica no sería absolutamente nada.