Mucho vértigo es lo que nos promete esta película de altura,
y un poquito de tensión a pie de suelo también. Una especie de Máximo Riesgo cambiando la acción por el
terror, y es que en estas cumbres también hay gato encerrado, pero de otro tipo.
Que mejoren el abismo de la película Renny Harlin es cuando menos dudoso,
aunque conseguible. Cada plano de los que cuelguen de una pared, estarán optimizados
para causar al espectador la mayor sensación del vació bajo los pies. El
paisaje, al menos, será digno de ver.
La película es francesa, dirigida por el novato Abel Ferry que ha hecho sus pinitos con algunos cortos con Dominique Pinon. Lo que nos
llega son buenas vibraciones, no tanto por la calidad cinematográfica que pueda
tener este trabajo sino por su eficacia en ritmo y efectismo. Una buena opción
para los amantes de la adrenalina en la pantalla.
Sin duda una película para ver en el cine, donde el efecto
pueda ser perceptible. De momento se verá en la semana de terror de San Sebastián, como película
inaugural, y una de las grandes apuestas, al menos comparada con una
programación que este año no es nada del otro mundo.