Los amantes de la belleza de la melancolía estamos de enhorabuena. Y es que esta película ha reunido dos nombres propios que saben transmitir como pocos sentimientos como la nostalgia, la tristeza, el dolor y el amor y dotarlos de una sensibilidad exquisita. Estamos hablando del escritor japonés Haruki Murakami y del director vietnamita Tran Ann Hung, una combinación que personalmente me hace esperar mucho de esta cinta.
Para quien no los conozca, diremos que Murakami ha escrito varios best-seller y es considerado un novelista de culto tanto en Japón como en Europa. Tran Ann Hung es el director de hermosas películas como El olor de la papaya verde o Cyclo, con las que ganó dos premios respectivamente en los Festivales de Cannes y Venecia. Además de dirigir, siempre escribe sus propios guiones, por lo que estamos ante una novedad al adaptar un libro homónimo de Murakami, que aquí en España se editó con el nombre de Tokio Blues, el cual he tenido el placer de leer. Ambientada en los años 60 en Japón, la novela me atrapó por completo y pude disfrutar de la melancolía que destilaba la historia y de unos particulares personajes misteriosos a la vez que apasionantes.
La belleza de las imágenes que es capaz de plasmar Tran Ann Hung, con su ritmo pausado pero firme, lleno de escenas con una fuerza visual magníficas, unidos a la trama con sus complejas relaciones humanas, me hacen pensar que esta cinta no puede dejar a nadie indiferente. Las adaptaciones nunca son fáciles, pero este realizador es capaz contagiar los sentimientos a través de la pantalla.
Entre el reparto cabe destacar a Rinko Kikuchi, la guapa estrella nipona a quien hemos podido ver en Babel o Mapa de los sonidos de Tokyo.
Podrá verse en el Festival de Venecia en la sección oficial. Que nadie le pierda la pista ya que Tran Ann Hung siempre es reconocido en el circuito festivalero. Los seguidores del cine oriental y en general, los que disfrutan con historias sinceras, delicadas y románticas, la esperaremos con expectación.