Soy de aquellos que quedó satisfecho con Las vírgenes suicidas y con una extraña sensación de impaciente interés. La insoportable hija de Coppola que consiguió joder Historias de Nueva York con la permisibilidad de su padre, con aquel fragmento central nauseabundo, repipi e infantiloide (todo aquello que ella también debía ser por aquel entonces) y que consiguió, también, la unanimidad de la crítica universal (¡por una vez!) que la consideraron la gran lacra de la tercera parte de El padrino, ella, precisamente ella, ahora conseguía una narración y un tono extrañamente hipnóticos y extrañamente diferentes al habitual en su querido papá, Francis Ford.
La película distaba de ser una cinta redonda, pero sus méritos también eran innegables. Su segunda película, esa que esperábamos con extraña sensación de impaciente interés, sí, fue la confirmación definitiva. Una película casi mágica, distinta, con un magnetismo que surgía de su aparente intrascendencia. Bellísima. Además nos descubrió a Scarlett y nos recuperó a Bill. ¿Hacía falta algo más?
Pero ahora, cuando uno podría estar encantado de que llegara un nuevo título de Sofia Coppola, resulta que aparece con esta marcianada. Marie-Antoinette. El regusto por el rock psicotrópico y los ritmos reiterativos, casi hipnóticos, de nuestra querida Coppola junior va a seguir ahí; no esperéis acordes de cuerda (ni de cordura) acompañando un retrato serio de María Antonieta.
Creo que a la Coppolina se la ha ido la cabeza (a su padre le pasa a menudo; algo tenía que heredar de él) y ha querido seguir con su rollo urbanoalternativo y no abandonarlo aunqur tenga que retrasarse años, décadas y centurias en la Historia para retratar una figura del pasado como la que, ahora, va a encarnar Kirsten Dunst.
Cuidado. Dejaré una puerta abierta a la esperanza. Ese pretendido anacronismo estilístico que Coppola va a perseguir pudiera ser que, de alguna manera tan inexplicable como curiosa, acabe por funcionar. Pero muy raro me parecería. Rarísimo. Así que, muy a mi pesar, le retiro un poquito de confianza a la amiga Sofía.