Ideas como "producto", "remake", "remix", etc. son conceptos sin los cuales sería difícil comprender mucho del cine que nos llega ahora. Sobre todo si hablamos del americano.
Disturbia es una película que, a nivel meramente cinematográfico, quizá no sea justificable. Hacer un remix de La ventana indiscreta mezclado con adolescentes no parece que vaya a producir una obra maestra del cine.
Pero Disturbia se entiende muy bien como producto a consumir. Creo que será una buena película por la que pagar una entrada al cine porque, a cambio, dará un par de horas de entretenimiento. Con un ritmo trepidante, una historia bien construida y un protagonista tan interesante como Shia Labeouf (Transformers, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal o Memorias de Queens) dudo mucho que le de a uno para aburrirse. Por supuesto tendremos que entrar a la sala del cine olvidando todo remilgo purista que nos pueda producir el recuerdo que tengamos de la película original de Hitchcock.
Disturbia es para pasar el rato. Ni más... ¡¡¡NI MENOS!!!