Esta película no va a triunfar por ser un thriller español, ni siquiera por intentar serlo, ni tampoco por pasar la frontera de lo normal en el género y romper ciertos moldes, que haga que las personas de las butacas se queden estupefactas. Esta película puede que se quede en el recuerdo tan solo por la descripción de un personaje que vive en la cuerda floja. Dicen las malas lenguas que el personaje de la doble moral, muy de aquí, vamos.
Auténticamente de género, porque sigue sus directrices, el film probablemente se quedará en nada en cuanto pase las bases del cine de asesinatos e investigaciones posteriores, sin embargo, el toque de investigación del comportamiento humano que al parecer hay detrás, es el tesoro mejor guardado del reino para una película pequeña que se diferenciará si acaso al entrar de lleno en el típico personaje que a todos nos suena de tiro la piedra y escondo la mano.
Puede que la fotografía juegue un papel decente, puede que los actores estén a cierto nivel, puede también que los planos sean hasta agradables y ayuden, pero lo realmente bueno de la película es probable el hombre bueno, lejos del personaje de típica característica yanqui, un personaje muy de aquí, de contigo Inés por interés, de a quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija. Ya se me entiende. Aparte de esto, poco más, justa, menor, que le vamos a hacer, el género mil veces repetido.
Tristán Ulloa siempre lo borda. Eso sí. Le hemos visto en Mataharis, El destino o Salvador.