Jane Campion se puede decir que empieza y acaba en El piano. No es su única película, pero si para algunos directores es verdad que sólo ha existido un título, el caso de Jane Campion es paradigmático. Con El piano, prácticamente su primer largo con repercusión, logró 8 nominaciones y 3 óscars, uno de ellos para la propia Campion por su guión original.
Tras ese gran éxito, Campion no se ha acercado, ni en calidad ni en repercusión, a El piano. Los títulos que vinieron posteriormente han sido Retrato de una dama, Holly smoke o lo muy muy lamentable En carne viva, con un intento por mostrarnos una versión más carnal de Meg Ryan.
Lejos de parecerme que está desahuciada, creo que puede que este film sea su canto de sirena, con una película cuya trama y ambientación sí que van a recordar, salvando las distancias, a El piano. Una historia romántica en la que el pulso para no pasarse con los terrones de azúcar será la clave. Un gran nombre como sombra de todo: el poeta Keats.
Protagonizan Ben Whishaw, ese chico tan inexpresivamente expresivo de El perfume; y Abbie Cornish. Si Campion consigue dotar a la película de trasfondo y de esa tercera dimensión que a veces no se advierte en películas sobre amores apasionados entre personajes conocidos, logrará mucho, pero me temo que será una historia de amor en dos dimensiones, plana.
La película supone su vuelta a Cannes.