Disney cumple 75 años y decide homenajearse a sí misma haciendo una película a la antigua usanza, o sea, de dibujos hechos a lapiz y no por ordenador. ¿Pero es eso realmente una película a la vieja usanza? Hace poco dieron en Cuatro La bella durmiente. No recordaba que me hubiera gustado especialmente cuando era pequeño, es más, no la recordaba... pero tampoco me sonaba que tuviera nada especialmente en contra. Vista desde hoy en día tiene una premisa realmente estúpida y un desarrollo que no se sostiene de ninguna manera. No tiene sentido el hechizo, ni la ayuda de las hadas, ni la que lía la bruja mala. Se trata de un cuento tontorrón que más que sumergirte en un mundo mágico consigue cabrearte. Yo creo que La bella durmiente sí es una película a la antigua usanza.
En el caso de Tiana y el sapo estamos ante una cosa muy diferente. Disney busca el futuro. Y el futuro de Disney pasa por que Pixar les haga películas 3D pero ellos utilicen todo su savoir faire en películas 2D para seguir ganando dinero. Se trata de un activo que no están explotando y Miyazaki prueba que al público occidental no le importa tanto si la película es 2D o 3D sino pasárselo bien en el cine con una historia en la que no le tomen por gilipollas (con perdón). Por eso Tiana y el Sapo va a seguir la máxima de los dibujos de ahora: gustará a los más peques, pero los mayores también podrán divertirse con ella. Tiana es una princesa negra que busca triunfar profesionalmente, y no una blanquita y rubita muñequita que quiere caer en manos del príncipe azul de turno.
Homenajes y sondeos de mercado a parte, espero que Tiana me entretenga y no me resulte una recalcitrante mujer feminista de esas de finales del siglo XX. Ya veremos.